""Soy maestra en una escuela pública de Estados Unidos.
También soy maestra de mis propios hijos en la escuela
sabatina islámica".
"Nací en Beirut, Líbano y vine a Estados Unidos en
1984. Tengo cuatro hermosos hijos. Decidí que sería
maestra porque, más que ninguna otra cosa, me gusta trabajar
con los niños.
"En el Centro Islámico les enseño a los
niños cerca de una hora de religión y una hora de
árabe, entre esas clases disfrutan de su almuerzo y luego
oramos juntos. Me he dado cuenta de que ésta es la
única forma de vida apropiada para mí y para mi
familia. Ser musulmana lo es todo para mí.
"Uso un hijab en el aula de la escuela pública donde doy
clases. Los niños me hacen muchas preguntas. Nunca he visto
un niño que lo considere extraño o algo por el
estilo. Además, tanto a ellos como a sus padres les agrada
el hecho de conocer una cultura diferente y una diferente
religión.
"En mi barrio veo que todos los que no son musulmanes se
preocupan tanto como nosotros por educar a sus hijos y por los
valores de la familia. No he visto que haya prejuicios en
ningún lugar de mi barrio después del 11 de
septiembre.
"En la escuela pública trabajo mucho para lograr que los
niños entiendan que mi religión es muy similar a la
suya y que lo más importante es que debemos prestar
atención a nuestras semejanzas, no a nuestras
diferencias".